“FEELING AS BUSY AS A BEE” – LA SÍNDROME DE LA ABEJA OCUPADA: PRODUCE DEPENDENCIA, LEER ATENTAMENTE LAS CONTRAINDICACIONES

Aquí estamos, en fila india hacia nuestros puestos de trabajo, con las aletas y las gafas colgando del clavo en las fotos de verano, que ahora dejan espacio a mochila, ordenador, reuniones y rutina escolar. Volvemos al papel de trabajadores, padres, deportistas, creativos ilusionados y viveur. En este carrusel de deberes, compromisos y responsabilidades, nuestra identidad profesional coincide a menudo con nuestra identidad personal y la razón es una: porque pasamos mucho tiempo en el trabajo, que sí define y mejora nuestra eficacia personal, pero, ante todo, el trabajo es (¡¡¡alerta de spoiler!!!) una HERRAMIENTA para vivir y sustentarnos.

Además de tentempiés y auriculares, en nuestra mochila llevamos los prejuicios de la sociedad capitalista por los que es difícil disociar el concepto de trabajo de lo de productividad y sacrificio, y mucho menos sustituirlo por completo por el de trabajo-descanso-mejor eficiencia. Sin embargo, este es uno de los propósitos de Trainect Wellbeing, que se podría imaginar tan valiente como “La libertad guiando al pueblo” de Delacroix al difundir la psicología y la cultura del bienestar. En la misma línea, parece emprendedora la multinacional de asesoramiento “Mckinsey & Company”, que ha presentado un informe sobre los costes empresariales en el que afirma que un empleado descasado puede ser más productivo, e ironiza al afirmar que “el camarón que se duerme no se lo lleva la corriente y también toma liderazgo”: ¿suena atrevido? ¿O se trata de una visión no miope de cómo el descanso también – y especialmente – en el trabajo, junto con unos horarios laborales flexibles, puede ser la llave para un equilibrio entre vida laboral y vida privada mucho más saludable y sostenible?
A este respecto, los datos del Instituto Nacional de la Salud hablan claro: en Italia el déficit de sueño hace perder a las empresas una productividad de hasta 5 mil millones de euros al año, lo que equivale al 0,5% del PIB.

Y entonces, ¿cómo no estigmatizar la cultura del descanso sin parecer vagos? De forma previa y continua: “make sure to rest, before you really need to”, trabajando por prioridades, favoreciendo el teletrabajo, aumentando las pausas, intentando aplicar soluciones como el “power nap o nap room” preferiblemente entre la 1 y las 3 de la tarde, con una duración variable entre los 20 y los 30 minutos: de hecho, ha sido demostrado que el power-nap actúa como un estimulador de energía, mejorando las actividades del hemisferio derecho y la creatividad.

En cambio, en la otra cara de la moneda está el workaholism, es decir una vida centrada en el trabajo, el agotamiento y, en consecuencia, el moverse como equilibristas borrachos entre actividad laboral, aficiones y deberes, convirtiéndonos en dobles multitareas. Este último término, en concreto, procede de la informática: sin embargo, nosotros no somos ordenadores, no funcionamos, no somos máquinas, no producimos; lo que nos caracteriza es la intencionalidad, pensar, elegir, decidir. Trabajar en estado de “urgencia” es una trampa, un engaño, no todo puede ser urgente, no todo puede ser prioritario. Priorizar hace que uno sea más consciente y mejora la eficiencia; no obstante, esto es posible cuando a la base existe una cultura subyacente de bienestar corporativo. La empresa no es una entidad genérica, sino un conjunto de personas: por lo tanto, es esencial que el jefe aplique la lente del “People center” y solo centrándose en las necesidades de las personas, comprendiendo el impacto emocional che el ritmo laboral suscita en sus vidas, se habrá la verdadera transformación, paso a paso.

Y llegamos al punto de inflexión, que conlleva una toma de consciencia y un mea culpa: siempre estamos listos para acoger neologismos ingleses para que cualquier iniciativa parezca más atractiva y sofisticada. Que seamos igualmente acogedores hacia aquellas iniciativas que sí podrían resultar raras, pero quizás necesarias, tratamos de acoger esas soluciones “valientes”, propias de empresas líderes como Google, Zappos, Cisco, P&G… empezamos, por supuesto, desde lo pequeño, para que la inspiración a ciertos arquetipos laborales haga la diferencia a nivel mundial.
Sí, ¿pero a partir de qué?

Restablecemos las prioridades: tratar el trabajo como UNA HERRAMIENTA para comprar el tiempo libre, no es menos noble, sino quizás más sano. Trabajar con (y para) quien piensa lo mismo, no es suerte, sino la nueva revolución, de la que Delacroix (¡de verdad!) haría un estandarte y, quizás, esa Libertad que corre rápido, la pintaría más relajada.
Es curiosa la expresión inglesa “Busy as a bee”: ocupado como una abeja… con el debido respeto al ecosistema, siempre me han desagradado las abejas, pero las reconozco como las fundadoras del trabajo en equipo, la organización y la concentración en los objetivos. Aprendemos de ellas estos principios, porque un buen trabajo en equipo nos hace menos ocupados y más activos en nuestro ecosistema humano.

fuente:
d.ssa Marika Lupi

About Marco Olivieri

Fundador y Director General de La Mercanti Srl. Experto en Marketing y Ventas. Implementación de estrategias, innovación y excelencia empresarial. "Me veo a mi mismo como un pensador innovador, ávido de aprender... Me gusta hacer que las nuevas ideas se hagan realidad para impulsar las iniciativas de mi personal".

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