El ”Made in Italy es sin duda la característica que más destaca de la enorme y lujosa villa de Updown Court, construida en Inglaterra, en el pueblo de Windlesham, en el Surrey.
Con sus 105 cuartos, es más grande que el Buckingham Palace; está rodeada de 230.000 metros cuadrados de jardines y bosques, cinco piscinas, un campo de squash, uno de tenis y un sótano. En el interior hay 24 habitaciones, cada una con su propio cuarto de baño, ocho suites y un ático con dos apartamentos separados. Luego, no faltan una sauna, un gimnasio, un campo de fútbol al interior y un patio ecuestre con establos.
Updown Court es un auténtico triunfo de la italianidad. Para su construcción se emplearon más de treinta tipos diferentes de mármol italiano: «Lo hicimos todo: desde los cimientos hasta el tejado» declaró con orgullo Egidio Palumbo, contratista de obras de Latina que vive y trabaja en Londres desde 1996 y que se encargó de la obra. El dueño, Leslie Allen-Vercoe, también confirma: «Aquí todo procede de Italia: durante dos años recibimos dos o tres camiones a la semana llenos de material».
Las obras empezaron en 1998. Al principio, había 24 albañiles italianos que, despacio, llegaron a unos 60 entre carpinteros, herreros y marmolistas. Durante las obras también se instaló una cafetería en el parque, con un cocinero – obviamente – italiano.
En el templo del estilo italiano, no podía faltar, naturalmente, el mobiliario artesanal y de lujo de la marca Mascheroni, conocida en todo el mundo por la alta calidad de sus muebles tapizados. Mascheroni amuebló el cine en casa Updown Court con unas cinquenta butacas modelo Hollywood y con despachos, mesas y sillones de conferencia.
El sillón Hollywood, cuyo nombre hace referencia al templo del cine en Los Ángeles, es un asiento versátil, funcional y muy elegante, aún siendo sencillo y lineal. Tapizado en piel de primera calidad, dispone de un mecanismo que permite obtener la posición deseada a través de un botón que reclina el respaldo y, al mismo tiempo, levanta el reposapiés. El armazón es de madera maciza y metal, y la tapicería de goma a prueba de golpes. Cada sillón, totalmente artesanal, lleva una placa grabada «Mascheroni srl made in Italy» que certifica su autenticidad, ya que sigue siendo una de las pocas marcas que dirige y controla directamente todo el ciclo de producción, garantizando una calidad absoluta en todas las fases, desde la selección de las materias primas hasta la producción y los servicios personalizados.